Como es Lunes por la mañana y necesito una descarga de buen rollito para no caer en la más absoluta de las depresiones vitales tan típicas de los Lunes, he decidido volver un poco atrás en el tiempo (hasta 1980) para escuchar uno de los himnos por excelencia del buen rollito. ínimo, sólo quedan 5 días para el Viernes, jeje.
[youtube]JhvHZ__0dPs[/youtube]
Desafortunadamente, el vídeo no incluye la introducción de la canción. Trataremos de paliar tan inexcusable omisión con la transcripción de la misma.
«Your Plymouth dealer is the Dealing Man, yeah, yeah. Dealing Man.
– I’m a Plymouth dealer, a dealin’ man, and right now I’m giving the best deal ever on that new Plymouth Bacarruda.
– Hey, man, the name of the Plymouth fastback is the Barracuda.
– I can’t pronounce Bacarruda.
– Yeah but, look man, try this… Say Ba.
– Ba.
– Ra.
– Ra.
– Cu.
– Cu.
– Da.
– Da.
– Now put it all together!!!
– Ba-Ba-Ra-Ra-Cu-Cu-Da-Da!!!
– Ah, well, it ain’t Barracuda, man, but I think we got a hit record.
Genial 8)
*** Aquí dice una palabra que no entiendo. Si alguien sabe qué palabra es, que me la sople (la palabra, jeje) en un comentario, please. Thx in advance.
[Update] Ya está, dice «that new».
jusjusjus, nunca he podido evitar una sonrisa cada vez que he oído esta canción, gracias por el vídeo :0)
Creo que el anuncio era un anuncio spot radiofónico antiguo real, ¿no?, no estoy seguro… el coche desde luego sí que lo era, toda una leyenda. Aquí documentan las series de tv en que ha salido, las pelis y hasta los videojuegos… ah, y los propietarios tienen un webring :0)
http://en.wikipedia.org/wiki/Plymouth_Barracuda
Por lo visto incluso uno de los personajes de Cars es un Plymouth Barracuda… impresionante :0)
Por cierto, tengo ese vinilo original, jusjusjus, comprado hace eones en Escridiscos de importación… no creo que haya muchos en Madrid ;0)
Según tengo entendido era un anuncio radiofónico real de un distribuidor de Plymouth. Cuando era niño pensaba que estaba sacado de los Picapiedra o algo así, jeje.
Por cierto, ya ni me acordaba de Escridiscos. Te acordarás de Tony Martins, la Iguana, Discoplay, las bolsas amarillas de Metralleta, etc, ¿verdad?.
Ays, qué tiempos los del vinilo. Ese sonido a huevos fritos, las agujas rayadas cada dos por tres, los discos doblados por dejarlos cerca del radiador, el colega que se llevaba tus discos y, o no te los devolvía o te los devolvía hechos polvo, etc. Jejeje, llámame poco romántico, pero prefiero el mp3.
I’m a digital cowboy!!!
8)
yo crecí en los días del vinilo: algunos de vosotros también, el resto al menos aún sabéis de lo que hablo (una generación más y quizá será
como hablar de los discos de pizarra). El vinilo poseía propiedades curiosas: añadía información sobre su dueño… quiero decir, a partir de un vinilo prestado, podías conocer algo acerca de su dueño… a ver si me explico: era un soporte sometido a desgaste por el uso; si te prestaban un elepé usado podías deducir algo acerca de los gustos del «prestante» a partir del estado de los cortes: los más desgastados y rallados habían sufrido muchas escuchas; el carácter de su dueño,
marchoso o melancólico, tenía cierto reflejo en el vinilo. El uso desgastada la música, como quizá desgasta todo; a veces el proceso era paralelo, en sincronía con la propia pérdida de magia de la canción a medida que la escuchábamos más o que nos hacíamos mayores… Se producían efectos incluso predecibles: si recibías en préstamo cierto
elepé de los Zeppelin propiedad de tu-colega-el-guitarrista-bisoño, la
probabilidad de encontrar casi inaudible el corte de Stairway to heaven era como del 99%… (a mí me ocurrió, aún lo recuerdo… yo aprendí a tocar esa canción sin haberla oído, la aprendí fijándome en
otros pre-guitarristas que la tocaban; un día, no recuerdo quién me prestó un doble elepé -creo que «The song remains the same»- que según la contracubierta incluía una versión larga en directo del susodicho temita: puffffff, ni os podéis imaginar el estado en que venía).
Bueno, pero vale ya: esto no es un panegírico del elepé ni un ejercicio de nostalgia: yo estoy encantadísimo con los pepetreses que suenan en mi querido chismito-que-hace-sonar-los-pepetreses y me permiten (pese a la SGAE) hacer cosas que en esa época ni hubiera soñado…
Ey, qué estupenda!
Hacía siglos que no la escuchaba… Por cierto, yo también crecí entre vinilos, aunque casi todos eran de mi padre por esa época, gracias a él aprendía a apreciar música que jamás hubiera conocido.
Un abrazo!
Yo tambien me eduqué con vinilos, y compré vinilos y me robaron, y yo robé, y en casa ahora no se que hacer con ellos, y etc,etc..
pero eran un coñazo, como lo eran las agujas y los platos.
Cuando llegó el CD fue como un milagro, como un regalo de los dioses y luego, mas tarde,los mp3 y compañía, para que decir nada, son la perfección.
Eso sí, lo unico que añoro son las portadas de los L.P., esos cuadrados de 34 x34 cm., donde se desarrolló toda una especifica creatividad, y donde se lograron autenticas obras maestras del diseño y la expresión gráfica del S.XX. Unas portadas inolvidables, que me temo, ay, están perdidas para siempre.
Ves, ya me he puesto nostálgico, y no quiero estar recordando siempre mi tiempo pasado. Venga pa´alante.
Qué potitos comentarios. Se ve que el tema de los vinilos os ha tocado el corazoncito. La verdad es que tenían mucho encanto.
Pero, como dice Julio, hay que tirar p’alante, ¿no? Pues vamos allá. Por cierto, Iulius, me ha encando tu retrato psicológico a partir del uso del vinilo.
:d